Ductus arterioso persistente
El ductus arterioso es un conducto que comunica la aorta con la arteria pulmonar durante la vida fetal. En esta etapa su función se centra en desviar hacia la aorta la sangre que viene del ventrículo derecho porque los pulmones no están en funcionamiento aún.
Al nacer este conducto debe cerrarse de manera natural durante los tres primeros días de vida. Sin embargo, en ocasiones este conducto se mantiene abierto, lo que se conoce como ductus arterioso persistente.
Qué ocurre en el ductus arterioso persistente
Si se mantiene abierto se mezcla la sangre oxigenada que va por la aorta y la sangre con poco oxígeno que circula por la arteria pulmonar. Esto hace que los pulmones se sobrecarguen y se envíe sangre con menos oxígeno al resto del organismo.
¿A quién afecta?
Los recién nacidos prematuros tienen mayor probabilidad de sufrir ductus arterioso persistente. Además, afecta con el doble de frecuencia a las mujeres frente a los hombres.
Síntomas
Los síntomas más frecuentes en esta patología son:
- Dificultad para respirar
- Color azulado de la piel
- Cansancio
- Soplo cardiaco
- Cardiomegalia, es decir, un agrandamiento anormal del corazón
- Retraso en el desarrollo
Diagnóstico y tratamiento
El ductus arterioso persistente se diagnostica mediante la auscultación del corazón y ecocardiograma. Estos resultados se pueden complementar con otras pruebas, como un electrocardiograma, radiografía de tórax y cateterismo cardiaco.
En cuanto al tratamiento, depende de la edad del paciente y del criterio del cardiólogo. Por lo general, se utilizan fármacos antiinflamatorios en niños prematuros. SI este no da resultado, se puede cerrar mediante cirugía o con un cateterismo.