Las patologías digestivas son muy frecuentes en la población general tanto en España como en Canarias. Por ello, ante síntomas de enfermedad digestiva es necesario acudir a un especialista en el aparato digestivo o médico digestivo. Éste será el encargado de detectar o diagnosticar la existencia de un problema digestivo para poder ofrecer a los pacientes la mejor solución a su malestar.
Síntomas de enfermedad digestiva
Dentro de las patologías digestivas se encuentran enfermedades de diversos órganos como el hígado, el páncreas, el esófago, el estómago, los intestinos, el colon y el recto. Por este motivo existen una gran variedad de patologías que se pueden ocasionar en el interior del aparato digestivo.
Esto último hace que los signos de alarma frente a estas afecciones digestivas sean un amplio abanico de posibilidades. Sin embargo, es posible resumir los síntomas en:
- Distensión abdominal.
- Dolor abdominal.
- Alteraciones del hábito intestinal como diarrea o estreñimiento.
- Ardor estomacal, acidez o reflujo.
- Náuseas o vómitos.
- Pérdida de apetito de forma inexplicada.
- Pérdida de peso o aumento de peso sin causa aparente.
¿Cómo es la consulta con el médico digestivo?
Ante la aparición de los síntomas descritos anteriormente es importante conocer su origen. Si se trata de síntomas puntuales no hay por qué preocuparse. No obstante, cuando los síntomas persisten en el tiempo o se dan de forma crónica es importante acudir a un médico digestivo para que diagnostique si se debe a alguna patología digestiva.
En la consulta del médico digestivo el paciente contestará a una serie de preguntas sobre su vida habitual para conocer su estilo de vida, su estado actual de salud, los síntomas que refiere y, posteriormente, sus antecedentes genéticos y su historial clínico. Con esta información el especialista podrá sospechar de la existencia de alguna patología digestiva en particular y llevar a cabo las pruebas diagnósticas necesarias para su detección.
Normalmente se trata de una ecografía abdominal de forma inicial ya que aporta numerosos datos valiosos sobre la estructura interna del aparato digestivo del paciente. Además, si es conveniente el médico digestivo puede solicitar pruebas complementarias como una endoscopia digestiva o una resonancia magnética, entre otras.