La Fundación Española del Corazón advierte que la menopausia aumenta el riesgo cardiovascular, sobre todo en aquellas mujeres en las que llega antes de los 45 años, lo que se conoce como menopausia prematura.
Hay factores de riesgo cardiovascular comunes en hombres y mujeres, como puede ser el tabaquismo, la diabetes, el colesterol… Aun así existen otros factores característicos por género, ya que existen diferencias biológicas que modifican el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.
En el caso de las mujeres, se considera la menopausia prematura como un factor relacionado con la aparición de eventos cardiovasculares precoces.
Esta menopausia que llega antes de los 45 años puede ocurrir de manera natural o como consecuencia de la extirpación de ovarios, entre otras posibles causas.
La menopausia prematura como factor de riesgo
La Fundación Española del Corazón se hace eco de un estudio publicado en la revista JAMA Cardiology donde se investiga la relación entre la menopausia, como envejecimiento reproductivo, y el envejecimiento cardiovascular.
Para ello, revisaron 32 estudios con más de 300.000 mujeres y compararon a aquellas que tenían menos de 45 años al inicio de la menopausia con otras que tenían más de 45 años.
Al terminar el estudio llegaron a la conclusión de que el riesgo cardiovascular parecía ser un 50% más alto en las mujeres que tenían menos de 45 años al inicio de la menopausia.
Además, añaden que este grupo de mujeres tenían mayor riesgo de muerte cardiovascular. Aun así no lograron relacionar la menopausia con el riesgo de accidente cerebrovascular.
Medidas preventivas para reducir el riesgo cardiovascular
Ante los resultados de este estudio, que relaciona la menopausia temprana con el riesgo cardiovascular, los especialistas recomiendan seguir las siguientes medidas preventivas para reducir este riesgo:
- No fumar
- Seguir una dieta sana
- Realizar ejercicio físico de manera regular
- Controlar las cifras de glucosa, tensión arterial y colesterol
Además, se deben realizar chequeos cardiológicos periódicamente para comprobar el buen estado del sistema cardiovascular o detectar posibles anomalías.