Cada vez que el corazón late bombea sangre hacia las arterias. La fuerza que ejerce dicha sangre en las paredes de las arterias es lo que se conoce como tensión o presión arterial. Esta presión debe estar dentro de unos parámetros establecidos que garantizan el correcto funcionamiento de todo el sistema.
Este proceso es el que nos proporciona los datos y claves para poder ejercer un diagnóstico en el que se habla de tensión arterial alta o tensión arterial baja.
¿Qué es la hipertensión arterial?
Existen determinados valores establecidos para interpretar cuándo se trata de tensión arterial alta y cuándo la tensión arterial está dentro de los parámetros de normalidad. Partimos de la base de que la presión arterial se mide en milímetros de mercurio (mmHg) y cuando se toman estas medidas aparecen dos cifras, una primera alta y una segunda baja:
- Presión arterial sistólica. Es aquella que se da cuando el corazón late y la arteria se abre para el paso de la sangre.
- Presión arterial diastólica. Se corresponde con la tensión mínima, es decir, aquella presión que se ejerce en las arterias entre latido y latido del corazón.
¿Cuáles son los parámetros de la tensión arterial?
Para poder conocer las señales que indican una hipertensión arterial, indicamos los parámetros que determina una tensión arterial normal y elevada que se sitúan en:
- Normal – 120 mmHg de sistólica y 80 mmHg de diastólica.
- Elevada – entre 120 y 129 mmHg de sistólica y 80 de diastólica.
Cuando las cifras presentan una medida superior a las anteriores se presenta la hipertensión arterial. Esta hipertensión arterial puede ser de grado I o II según el nivel en el que se encuentre:
- Grado I. Cuando las cifras están entre 130 y 139 mmHg de sistólica y entre 80 y 89 mmHg de diastólica.
- Grado II. Si las cifras son de 140 mmHg de sistólica y de 90 mmHg de diastólica estamos frente a una hipertensión arterial de grado II.
¿Qué se puede hacer para bajar la tensión arterial?
La tensión arterial es un parámetro que puede verse afectado por numerosos factores. Por lo que se recomienda, antes de tomarse la tensión, tener en cuenta el estado del organismo. No se recomienda tomar la tensión en:
- situaciones de estrés o nerviosismo o
- tras haber ingerido tabaco, alcohol e incluso café o té
Los valores que se reflejarán no serán fiables ante estas situaciones mencionadas de la misma forma que algunos fármacos pueden alterar los resultados de los valores de la tensión arterial.
¿Qué pasos seguir para bajar la tensión arterial alta?
- IMPORTANTE – Para determinar cuál es la tensión arterial concreta de una persona es conveniente realizar la medición con tranquilidad y en reposo.
En cuanto a cómo bajar las cifras de la tensión alta, los especialistas como los profesionales de Cardiavant, recomiendan seguir una serie de pautas para mejorar la presión arterial y normalizarla:
- Evitar el sobrepeso y la obesidad. Son dos enemigos de la tensión alta.
- Mantener una alimentación saludable. Combinar frutas, verduras y legumbres con carnes magras, pescados, lácteos bajos en grasa, etc.
- Muy importante – evitar el consumo de grasas saturadas, azúcares y alimentos procesados.
- Realizar ejercicio moderado de forma regular. Según los expertos basta con realizar ejercicio como:
- caminar al menos 30 minutos al día.
- Reducir el consumo de sal. Esta sustancia provoca un aumento de la presión arterial. Un consejo para suplantar la sal es aderezar la comida con especies para potenciar el sabor sin aumentar el riesgo cardiovascular como:
- albahaca,
- orégano, ajo,
- pimienta
- Disminuir el consumo de alcohol. La Fundación Española del Corazón (FEC) aconseja no sobrepasar:
- el vaso de vino al día en mujeres y
- los dos vasos de vino diarios en hombres.