¿Cuál es la función de los riñones?
Los riñones son los encargados de eliminar una serie de sustancias de desecho que se generan en el organismo con el objetivo de no intoxicar la sangre. Además, el riñón también es el órgano encargado del matenimiento del Ph de la sangre a través de la regeneración del bicarbonato. De esta forma, el funcionamiento correcto de los riñones permite un filtrado de la sangre óptimo, pero cuando éste deja de realizarse se produce un incremento de las tasas de toxinas como la urea y la creatinina en la sangre.
Patologías renales
Cuando el funcionamiento de los riñones falla de alguna manera se presentan diferentes patologías. Algunas de las enfermedades renales que se diagnostican y tratan en una consulta de nefrología son:
- Hipertensión arterial (HTA) y daño vascular
- Nefropatía diabética
- Litiasis renal o cálculos renales
- Enfermedad renal crónica (ERC) o insuficiencia renal
- Glomerulonefritis primarias o relacionadas con enfermedades sistémicas como el lupus o la artritis reumatoide
- Proteinuria
- Hematuria
- Enfermedades renales genéticas o hereditarias como la esclerosis tuberosa o la poliquistosis renal
- Quistes renales
- Amiloidiosis renal
¿Cómo sé cuándo debo preocuparme por la salud de mis riñones?
El especialista en la salud renal es el nefrólogo que se dedica principalmente a preservar y tratar las enfermedades que afectan al funcionamiento de los riñones. Existen numerosas enfermedades relacionadas con el fallo renal.
Los principales factores de riesgo para padecer patologías renales es el padecimiento de otras patologías como la hipertensión, la diabetes y el sobrepeso u obesidad. A estos factores hay que sumarle los hábitos de vida como el tipo de alimentación y si el paciente es fumador o no y otros factores genéticos como los antecedentes familiares. Además, en el desarrollo de enfermedades renales también influye la edad ya que se presentan con frecuencia en personas con más de 50 años.
¿Cuáles son los síntomas de alarma por los que acudir al nefrólogo?
Dependiendo de la enfermedad renal que se esté desarrollando los síntomas serán unos u otros. En términos generales las enfermedades renales cursan de forma asintomática y apenas pueden percibirse sin revisiones nefrológicas periódicas.
La insuficiencia renal se conoce como la enfermedad silenciosa en sus inicios y cuando se encuentra en un estado avanzado sí puede presentar algunos signos de alarma como:
- Retención de líquidos en general, pero especialmente representada en hinchazón en los tobillos
- Fatiga y cansancio
- Cambios en el aspecto de la orina como orina más espesa o sangre en ella
- Disminución del apetito o pérdida de peso
Por esta razón antes de presentar síntomas alarmantes que representan la gravedad de la enfermedad en los riñones es importante visitar a un nefrólogo. Acudir a una consulta de nefrología cuando se presentan factores de riesgo es fundamental para la prevención y detección precoz de estas patologías lo que significa el primer paso hacia su tratamiento.
En qué consiste la consulta con el nefrólogo
La primera consulta de nefrología es el primer contacto del paciente con el nefrólogo. En ella el especialista en nefrología comprueba el historial clínico del paciente mientras le realiza unas preguntas básicas sobre su rutina diaria, su estilo de vida, sus antecedentes familiares, etc.
Tras ello, el nefrólogo decide si es necesario realizar pruebas complementarias para establecer un diagnóstico adecuado. Estas pruebas suelen ser principalmente análisis de sangre y orina ya que a través de ellas se puede detectar si el riñón funciona correctamente.
A raíz de los resultados de las pruebas el médico podrá diagnosticar o no patologías renales y así indicar al paciente el tratamiento más adecuado para su situación. Normalmente las consultas de nefrología suelen repetirse periódicamente para llevar un control de la enfermedad de los pacientes a través del seguimiento. Esto se realiza tanto en caso de que el paciente esté en tratamiento como cuando éste ha finalizado el tratamiento y simplemente requiere revisiones de prevención.
10 recomendaciones para mantener unos riñones sanos
- No fumar
- Llevar una alimentación saludable
- Tener una vida activa
- Realizar ejercicio regularmente
- Tomar líquidos en la cantidad adecuada
- No automedicarse
- Evitar el sobrepeso y la obesidad
- Controlar la tensión arterial
- Mantener unos niveles de azúcar en sangre adecuados
- Revisar anualmente el funcionamiento de los riñones
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