Prueba de esfuerzo o ergometría
Al realizar una actividad física, ya sea deportiva o en nuestro día a día, se incrementa el esfuerzo que realiza el corazón y la necesidad de aporte de sangre.
A través de esta prueba de esfuerzo o ergometría el paciente debe realizar el mayor esfuerzo posible llegando al máximo nivel de resistencia. Si durante la prueba el paciente siente dolor en el pecho, falta de aire, mareos o náuseas debe comunicarlo inmediatamente al médico.
En cuanto a la ergometría, se considerarán resultados normales cuando el paciente haya logrado hacer ejercicio durante el tiempo estimado para su edad y sexo. Siempre y cuando no haya presentado síntomas o cambios destacables de la presión arterial o de la actividad del corazón.
En qué consiste la prueba de esfuerzo
Para llevar a cabo esta prueba el paciente debe realizar ejercicio físico sobre un tapiz rodante o en una bicicleta estática durante unos 60 minutos a la velocidad que vaya indicando el médico. En este tiempo se monitorea su frecuencia cardiaca cada 10-15 minutos con el fin de determinar cómo responde el corazón al ejercicio físico.
Antes de comenzar con la prueba se fijan electrodos en el pecho del paciente para controlar la actividad eléctrica del corazón, es decir, para realizar un electrocardiograma durante el proceso. También se harán mediciones frecuentes de la presión arterial.
La prueba finalizará cuando se alcance la frecuencia cardíaca deseada, el paciente muestre signos de dolor en el pecho o esté demasiado cansado. Si el electrocardiograma muestra datos preocupantes, como que el corazón no esté recibiendo suficiente oxígeno, se suspenderá la prueba.
En qué casos está indicada
El uso de la prueba de esfuerzo es cada vez más frecuente en pacientes con hipertensión, insuficiencia cardiaca, cardiopatías congénitas…
Por lo general, el cardiólogo solicita la realización de esta prueba por los siguientes motivos:
- El paciente indica dolor en el pecho
- Tras sufrir un infarto o angina
- En los pacientes que han sido intervenidos quirúrgicamente
- Si existen factores de riesgo o cardiopatías
- Para comprobar cambios en el ritmo cardiaco durante el ejercicio
- Diagnosticar problemas de válvulas cardiacas
Incluso puede realizarse por personas completamente sanas que simplemente quieren conocer cómo reacciona su corazón ante el ejercicio físico.