Estudio de arritmias cardíacas
La actividad física intensa puede conllevar un mayor riesgo de sufrir arritmias y daño cardiaco. El deporte produce una serie de adaptaciones morfológicas y funcionales en el corazón que pueden manifestarse con cambios en el electrocardiograma del deportista.
Los trastornos del ritmo y la frecuencia cardíaca son habituales en deportistas, sobre todo, la bradicardia sinusal.
Para diagnosticar y estudiar las alteraciones del ritmo cardíaco de los deportistas (arritmias cardiacas) se realiza una estudio electrofisiológico.
El resultado obtenido de esta prueba permite conocer el tipo y gravedad de las mismas, el lugar donde se originan en el corazón y los trastornos que producen, así el especialista se orienta sobre el tratamiento más efectivo.
Por lo general, estas pruebas se realizan en pacientes que han sufrido palpitaciones, taquicardias, mareos o pérdidas de conocimiento.
Cómo se realiza el estudio de arritmias cardíacas
Antes de realizar el estudio el paciente debe permanecer en ayuno al menos seis horas. Además, se realizan pruebas previas, como electrocardiograma, radiografía de tórax y analíticos con pruebas de coagulación, para conocer el estado de salud del paciente y evitar riesgos en la práctica de la misma.
Esta prueba se realiza a través de una punción venosa por la que se introducirán los electro catéteres. El paciente debe permanecer tumbado y consciente para comunicarse con los médicos, por lo que se administrarán anestesia local en la zona de punción (venosa y/o arterias de ingle, brazo o cuello).
Los catéteres son cables finos que avanzan por las venas guiados por rayos X y se sitúan en zonas concretas del corazón para estudiar la actividad eléctrica espontánea bajo estimulación eléctrica o tras la administración de determinados fármacos.
Esta prueba puede durar varias horas y al terminar es necesario que el paciente guarde reposo para evitar complicaciones.
Riesgos del estudio electrofisiológico
En la realización del estudio de arritmias cardiacas no existen riesgos graves. Es normal que durante la práctica del mismo el paciente noten palpitaciones provocadas por los catéteres o por la medicación.
Lo más habitual es que sientan molestias ocasionadas por la punción o que aparezcan hematomas.
Es raro que surjan complicaciones de gravedad como flebitis, trombosis venosa o arterial o hemorragias.