Factores de riesgo cardiovascular en deportistas
Los factores de riesgo cardiovascular favorecen la presencia de enfermedades cardiacas o contribuyen a la aparición de eventos cardiovasculares durante la práctica de actividad física.
Uno de los principales factores de riesgo cardiovascular es el sedentarismo, un factor directamente relacionado con la mortalidad cardiovascular. Por ello, los especialistas recomiendan realizar algún tipo de actividad física o deporte para prevenir su afectación en la salud cardiovascular.
Sin embargo, practicar deporte con frecuencia no implica estar exento de sufrir riesgo cardiovascular. Algunos estudios determinan que la mitad de los jóvenes deportistas asintomáticos presentan problemas de salud cardiovascular, como alteraciones en la tensión arterial, triglicéridos o problemas en el riñón.
Riesgos asociados al deporte
A la hora de evaluar los riesgos cardiovasculares asociados a la práctica deportiva, se debe diferenciar entre dos grupos poblaciones: los mayores de 35 años y los niños. En el primer grupo estos factores se adquieren por malos hábitos, mientras que en los segundos son factores con una predisposición genética.
En cuanto a los menores deportistas en España, uno de cada cinco niños y adolescentes son obesos y un 2% tienen una presión arterial alta.
En los últimos años los deportistas no profesionales o aficionados se han sumado a la tendencia de participar en carreras populares o deportivas que exigen un gran rendimiento, lo que supone una alta exigencia al corazón y aumenta el riesgo cardiovascular.
Muchos especialistas están de acuerdo en que un sobreentrenamiento o sobreesfuerzo cardíaco favorece situaciones de riesgo.
Alta exigencia cardiaca en deportistas de elite
Practicar deporte de alto nivel implica adaptaciones en el corazón, como aumento del tamaño de las cavidades cardíacas que le permiten aumentar el gasto cardíaco y rendir más.
Las investigaciones realizadas indican que hay una relación entre la práctica de deporte de resistencia y alta intensidad y las arritmias (ya sean bradicardias o taquicardias). La más habitual es la fibrilación auricular, una enfermedad que se manifiesta con latidos auriculares descoordinados y desorganizados lo que produce un ritmo cardíaco rápido e irregular.
Deporte en personas con enfermedades cardiológicas
Haber sufrido alguna enfermedad cardiaca no implica necesariamente dejar de hacer deporte ni reposo absoluto.
Estos pacientes deben consultar al cardiólogo qué deporte es el más adecuado y con qué frecuencia e intensidad pueden practicarlo. Para ello se deberán someter a un reconocimiento cardiológico, que determinará el estado del corazón y la posibilidad de realizar una u otra actividad.
Los deportes más arriesgados para el corazón
Aquellos deportes que requieran más del 70% del consumo máximo de oxígeno durante el entrenamiento conllevan mayor riesgo cardiovascular.
Según este dato, se consideran deportes exigentes a nivel cardiovascular el triatlón, el patinaje de velocidad, el ciclismo, el remo y el boxeo.
Por otro lado, el golf, el billar, los bolos o el tiro olímpico son deportes con menor riesgo cardiovascular, ya que su práctica depende más de la técnica que del esfuerzo.
Prevenir factores de riesgo cardiovascular en deportistas
La evaluación cardiovascular de un deportista es fundamental para prevenir posible daños y evitar la muerte súbita.
En primer lugar, será necesario realizar determinadas pruebas cardiológicas, como electrocardiograma o pruebas de esfuerzo, para comprobar cómo responde el corazón.
Para minimizar el riesgo se debe comenzar a hacer deporte incrementando la intensidad de manera gradual. Un sobreentrenamiento puede poner en riesgo la salud del corazón. Del mismo modo, no se recomienda abandonar bruscamente la actividad física.
En definitiva, no existen deportes o actividades inadecuadas, tan sólo se deben ajustar a las condiciones de cada uno para reducir el riesgo cardiovascular.