Toda persona que practique deporte, ya sea profesionalmente como aquella persona que lo practica de forma habitual como aficionado, necesita conocer el estado de salud de su corazón. Esto ocurre porque aunque la práctica deportiva es un hábito muy saludable también entraña riesgos y, por ello, llevar controles periódicos es importante para evitar patologías cardiovasculares.
El chequeo cardiovascular deportivo es un control que está enfocado a prevenir patologías cardíacas en personas que realizan deporte con asiduidad o incluso en aquellas que quieren comenzar a practicarlo o aumentar su intensidad. Se trata de una revisión cardiológica exhaustiva que incluye diversas pruebas como un ecocardiograma, un electrocardiograma y una prueba de esfuerzo o ergometría.
La prueba de esfuerzo es la prueba por excelencia del chequeo cardiovascular deportivo. El Dr. Federico Segura, cardiólogo en Cardiavant, afirma que la razón de utilizar esta prueba en deportistas es que “es muy sencilla de realizar, muy asequible y nos da mucha información con una alta probabilidad de descartar la presencia de enfermedad coronaria”.
Existen diversos riesgos que pueden estar producidos por la práctica deportiva y, entre ellos, los estudios demuestran que “la primera causa de muerte en el deporte por debajo de 35 años es genética” señala el Dr. Segura, por lo que en estas situaciones “la prueba de esfuerzo tiene un valor más limitado”.
Sin embargo, la patología más grave asociada al deporte es la muerte súbita y, en la prevención de estos casos es donde la prueba de esfuerzo destaca por su importancia. El especialista explica que “por encima de los 35 años la principal causa de muerte súbita es la cardiopatía isquémica, es decir, la arterioesclerosis en las arterias del corazón que produce infartos o anginas de pecho y ahí la prueba de esfuerzo es la prueba inicial” ya que “nos sirve para saber qué riesgo tiene ese deportista, sobre todo en personas de más edad, para seguir practicando ejercicio al ritmo que lo está haciendo o si quiere empezar a hacerlo a un ritmo de mayor intensidad.”
El funcionamiento de la prueba de esfuerzo en deportistas
El primer paso antes de una prueba de esfuerzo es haber realizado una exploración física adecuada. Además, normalmente antes de la ergometría se realizan las demás pruebas como el electrocardiograma o ECG y el ecocardiograma. Habitualmente también se toma la tensión arterial y el pulso antes de la prueba de esfuerzo.
Tras ello, se coloca al paciente unos pequeños discos de metal denominados electrodos en el pecho. Estos electrodos están conectados a las derivaciones, unos claves que llevan directamente a la máquina de la prueba que contiene una pantalla donde se observan los registros de la actividad eléctrica del corazón, es decir, un electrocardiograma. En términos generales, la ergometría es un electrocardiograma en movimiento, es decir, una prueba que mide el funcionamiento eléctrico del corazón durante la actividad física y el esfuerzo.
De esta forma, durante la prueba de esfuerzo se registran los latidos del corazón, su ritmo y su frecuencia mientras el paciente camina a diferentes velocidades e, incluso, corre. Además de los electrodos también se coloca un manguito en el brazo del paciente para medir la presión arterial y monitorearla durante la realización de la prueba.
Recomendaciones antes de una prueba de esfuerzo
Aunque se trata de una prueba que se realiza continuamente en Cardiología y en términos generales no requiere preparación previa, los cardiólogos recomiendan una serie de pautas a tener en cuenta para facilitarla.
No se recomienda beber o comer antes de la realización de la ergometría. Normalmente esta pauta hace referencia sobre todo a productos que contengan cafeína como el té, el café o los refrescos bebidas energéticas que, además, pueden contener otros estimulantes como la taurina. Este tipo de sustancias puede falsear los resultados de las pruebas y, por lo tanto, la información recibida no será veraz.
Además de esto, es importante que antes de la prueba el paciente haya informado previamente al cardiólogo sobre su historial médico y, sobre todo, sobre los medicamentos que consume habitualmente. Esto es importante porque en ocasiones se requiere la suspensión temporal de algunos medicamentos para la correcta realización de la prueba de esfuerzo.
Otra de las recomendaciones que ofrecen los expertos es llevar ropa cómoda para la realización de la prueba. De esta forma el paciente se sentirá más cómodo y podrá realizar la prueba con facilidad ya que si lleva ropa estrecha o ajustada puede generar molestias.