Las bebidas energéticas se consumen con mucha frecuencia entre los adultos jóvenes y los adolescentes. De hecho entre el 30% y el 50% de la población joven admite consumir estos productos de forma habitual en su vida para potenciar su energía y su rendimiento físico.
Sin embargo, diversos expertos muestran su preocupación frente a este tipo de bebidas que dicen aportar más energía y vitalidad a quien las consume. De hecho, los cardiólogos alertan de que las bebidas energéticas están relacionadas con eventos cardiovasculares como las arritmias y la muerte súbita.
La combinación de las bebidas energéticas con alcohol y drogas
La composición de las bebidas energéticas es lo que las hace peligrosas ya que combinan diversos estimulantes como la taurina, la cafeína y el azúcar. Además de estos ingredientes, también tienden a componerse de extractos de hierbas como guaraná o ginseng.
El azúcar es el principal componente de estas bebidas junto a la cafeína. De por sí las bebidas energéticas cuentan con dosis superiores de azúcar a los refrescos tradicionales divididas en forma de sacarosa, glucosa y fructosa del jarabe de maíz. Estas formas de azúcar se absorben con mayor facilidad en el organismo y pueden resultar muy dañinas.
La cafeína también es otro de los componentes principales de las bebidas energéticas. Esta sustancia que estimula el sistema nervioso central y periférico del organismo se encuentra en las latas en unas cantidades de 70 a 140 mg. En muchas ocasiones vienen acompañadas de taurina, guaraná y ginseng para potenciar el efecto estimulante. De hecho, el guaraná potencia los niveles de cafeína en sangre y el ginseng aunque es considerado seguro también fomenta el efecto estimulante llegando a producir cefaleas, insomnio o trastornos gastrointestinales.
Sin embargo, el mayor problema surge cuando los jóvenes mezclan estas bebidas energéticas con alcohol o drogas. Esta combinación puede resultar nociva para el organismo y producir fatales consecuencias ya que se trata de potenciadores del efecto estimulante.
Además de todo lo anterior, las latas de bebidas energéticas contienen diversos edulcorantes que contribuyen a un aumento de la insulina en sangre y, por tanto, también al desarrollo del sobrepeso y la obesidad.
¿Qué efectos pueden producir estas bebidas?
Entre las diferentes consecuencias del consumo habitual de bebidas energéticas se encuentran las palpitaciones o taquicardias, la subida de la presión arterial y el gasto cardíaco. Estos síntomas pueden producir la aparición de arritmias cardíacas e incluso de patologías más graves como la muerte súbita.