Muerte súbita
La muerte súbita se refiere a la parada cardíaca repentina de una persona que aparentemente está sana. Ésta se presenta de manera brusca, con una pérdida completa del conocimiento. además, el afectado dejan de respirar y la piel se vuelve azul violáceo.
La atención inmediata es especialmente vital en estos casos. Realizar la reanimación cardiopulmonar en los primeros minutos puede detener la arritmia causante de la parada y salvar la vida al paciente. En caso contrario, la muerte súbita provoca el fallecimiento.
¿Por qué ocurre la muerte súbita?
La arritmia cardíaca, concretamente la fibrilación ventricular, es la principal causa de la muerte súbita. En estos casos se produce una alteración del ritmo cardíaco consistente en una gran desorganización de los impulsos ventriculares con ausencia de latido, lo que impide el bombeo de sangre, cae la presión arterial y el corta el riego sanguíneo al cerebro y órganos.
Normalmente, el cerebro es el más afectado por esta parada cardíaca. En aquellos pacientes que son reanimados, es frecuente que sufran secuelas cerebrales graves.
En personas mayores de 35 años, el infarto de miocardio puede ser una causa de muerte súbita. Los más jóvenes tienen mayor probabilidad de sufrirlo si padecen alguna enfermedad que afecte al músculo cardíaco o a la actividad eléctrica, como las miocardiopatías, canalopatías…
Muerte súbita en el deporte
Los episodios de muerte súbita durante la práctica de deporte se deben a un trastorno del ritmo normal del corazón. La práctica de deporte incrementa su riesgo, sobre todo en personas con enfermedades cardíacas no diagnosticadas.
En España la media de deportistas fallecidos durante la práctica deportiva o inmediatamente después es de 127 personas anualmente.