El Dr. Fernando Wangüemert, director médico del centro médico cardiológico Cardiavant, explica cómo en los últimos años se ha incrementado el número de personas que practican deporte de manera habitual o diaria sin tomar medidas preventivas al respecto. Según Wangüemert, “cada fin de semana hay competiciones deportivas de alta intensidad en las que se producen efectos adversos cardiovasculares”, señala.
El director médico de Cardiavant recomienda, al igual que hace la Sociedad Española de Cardiología, que a partir de los 30-35 años se realice un chequeo cardiológico deportivo, sobre todo aquellos que practican deportes de alta intensidad.
«La prueba de esfuerzo descarta anomalías coronarias”
En Cardiavant el chequeo cardiológico deportivo comienza con una entrevista con el cardiólogo, tal y como explica el Dr. Wangüemert.
A continuación se realiza una prueba de esfuerzo. “El paciente se sube a la cinta y se va aumentando de manera progresiva el nivel de esfuerzo mientras se monitoriza el electrocardiograma y la tensión arterial”, detalla.
De esta forma, no sólo se analiza la capacidad física del paciente, sino también la respuesta de la tensión arterial al ejercicio intenso y la respuesta del corazón, lo que permite detectar anomalías en las arterias coronarias o posibles arritmias durante el ejercicio.
En el examen cardiológico del deportista también se realiza un ecocardiograma. El doctor señala que esta prueba muestra cómo funciona el corazón y como están distribuidas sus válvulas, como se contrae el miocardio y el grosor de éste último.
“Además, permite detectar anomalías en el flujo de las válvulas, en las paredes del corazón y en el tamaño del mismo. También da información de la estructura anatómica del corazón. Así se descartan más del 90% de las enfermedad cardiovasculares en deportistas”, afirma el Dr. Wangüemert.