El reconocimiento cardiológico deportivo es la forma más eficaz para prevenir patologías cardíacas en deportistas. De hecho, el 90% de las muertes súbitas que se producen se podrían evitar tan solo con realizar chequeos médicos cardiovasculares de forma periódica en aquellas personas que practican deporte con mucha frecuencia y sobre todo con alta intensidad.
Casos en los que se solicita un reconocimiento cardiológico deportivo
Hacer deporte siempre es una práctica saludable para el organismo. La clave no es el deporte sino cómo se practica esa actividad física y quién la practica. Esto quiere decir que el riesgo en la salud no se deriva por el hecho de hacer deporte. Todos los cardiólogos y médicos recomiendan la actividad deportiva como un hábito saludable para todas las funciones orgánicas. No obstante, es importante conocer bien el estado físico de quien pretende realizar ese ejercicio y adaptar el ejercicio a la condición física de esa persona.
Por este motivo, el chequeo o reconocimiento cardiológico deportivo se recomienda en estos casos:
- Cualquier persona que quiera iniciarse en la práctica deportiva intensa.
- Deportistas que realizan una actividad moderada o intensa en el gimnasio o en competiciones puntuales.
- Deportistas profesionales de alta competición.
- Deportistas federados que tengan más de 35 años.
- Personas con cardiopatías previas o factores de riesgo cardiovascular que deseen comenzar a hacer ejercicio regularmente o bien ya lo practiquen.
- Jóvenes con más de 12 años que se quieran iniciar en deportes de competición.
Todos ellos deben realizarse chequeos cardiovasculares deportivos de forma periódica. Según los expertos esto significa acudir a una revisión cardiológica cada año o dos veces al año en el caso de deportistas de élite (según temporada de competición). Y, en el caso del resto de personas que practican deporte con asiduidad se recomienda este reconocimiento médico cada 2 o 5 años.
¿Qué pruebas se llevan a cabo en este chequeo?
En un chequeo cardiológico deportivo se realiza siempre una entrevista personal con el cardiólogo acompañada de un cuestionario de antecedentes familiares. Con esto y el historial clínico del paciente el cardiólogo puede acercarse al estilo de vida del paciente y al estado de su condición física.
Tras ello, el cardiólogo lleva a cabo la realización de diversas pruebas entre las que se encuentran:
- Un Electrocardiograma (ECG). Está considerada por muchos cardiólogos como la prueba más básica en todo chequeo cardiológico. Se trata de un registro de la actividad eléctrica del corazón del paciente. Así, se puede observar si existen arritmias o trastornos del ritmo cardíaco u otro tipo de anomalías como infartos de miocardio, insuficiencias coronarias, etc.
- Una Prueba de Esfuerzo o Ergometría. Esta prueba tan conocida en los chequeos deportivos no es más que un electrocardiograma en movimiento. Esto significa que se trata de una prueba orientada a conocer la frecuencia cardíaca del corazón del paciente durante el ejercicio. De esta forma se conoce la condición física del paciente para adaptar la actividad deportiva que practique a ella.
- Un Ecocardiograma Doppler Color. Esta es otra prueba básica en Cardiología ya que cumple una función importante: valorar la función ventricular y detectar anomalías morfológicas en el corazón. Así, se permite detectar cardiopatías congénitas o adquiridas en personas adultas.
Con todos los datos obtenidos el especialista puede elaborar un informe y ofrecer una valoración adecuada al paciente.
En Cardiavant contamos con una Unidad específica de Cardiología Deportiva donde se realizan chequeos cardiovasculares deportivos para cuidar la salud cardiovascular de los deportistas ya sean aficionados o profesionales. Si necesitas asesoramiento o pedir cita no dudes puedes contactar con nosotros desde aquí.