Un reciente estudio publicado en la revista internacional ‘The Lancet’ demuestra que, independientemente de los ingresos del país y del tipo de actividad física que se realice, ésta reduce el riesgo de mortalidad y de padecer enfermedades cardiovasculares.
Este estudio parte de los resultados de investigaciones previas en las que se confirmaba que la actividad física tiene un efecto beneficioso en relación a las enfermedades cardiovasculares en países con altos ingresos, donde se realiza una actividad mayoritariamente recreacional.
El objetivo de este estudio es valorar si diferentes cantidades y tipos de actividad física se asocian de manera significativa con disminución de la mortalidad y eventos cardíacos adversos en países con diferentes niveles económicos.
Un estudio realizado en 17 países
Para realizar esta comparación, los investigadores estudiaron el efecto de la actividad en 130.000 personas sin enfermedades cardiovasculares previas de 17 países de ingresos altos, medios y bajos (Canadá, Suecia, Emiratos Árabes Unidos, Argentina, Brasil, Chile, Polonia, Turquía, Malasia, Sudáfrica, China, Colombia, Irán, Bangladesh, India, Pakistán y Zimbabwe).
Dentro de cada país, los participantes provenían tanto de zonas urbanas como rurales, tenían entre 35 y 70 años y, además, debían tener la intención de vivir en ese mismo lugar durante los próximos 4 años.
Finalmente, tras analizar los resultados durante dicho seguimiento, se concluyó que una mayor actividad, tanto recreativa como no recreativa, de alta intensidad se asocia con un menor riesgo de mortalidad y eventos de enfermedades cardiovasculares en individuos procedentes de países con ingresos bajos, medios o altos.
“Potenciar la realización de actividad física debe ser una estrategia global, ya que permite reducir la mortalidad y las enfermedades cardiacas en personas de mediana edad”, añade el Dr. Aridane Cárdenes, cardiólogo en Cardiavant.
Los españoles realizan poco ejercicio físico
El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte publicó un estudio realizado en 2015 a una amplia muestra de la población española para analizar los hábitos de actividad física y su relación con ciertas patologías.
Los resultados reflejan que en la población española de 18 a 74 años la incidencia de enfermedades crónicas frecuentes (hipertensión, diabetes, depresión, ansiedad e hipercolesterolemia) aumenta en la población inactiva, llegando a cuadruplicarse en algunos casos con respecto a la observada en la población que practica deporte.
También se observa este estudio una disminución del consumo de medicamentos en las personas físicamente activas. Por último, concluyen que la práctica de actividad física se incrementa con el nivel de estudios, disminuye con la edad y es menor en las mujeres.